viernes, 22 de mayo de 2009

CARTA ENCÍCLICA MATER ET MAGISTRA (15 de Mayo/1961)


DE SU SANTIDADJUAN XXIIISOBRE EL RECIENTE DESARROLLO DE LA CUESTIÓN SOCIAL A LA LUZ DE LA DOCTRINA CRISTIANA
A LOS VENERABLES HERMANOS PATRIARCAS, PRIMADOS, ARZOBISPOS, OBISPOS Y DEMÁS ORDINARIOS DE LUGAR EN PAZ Y COMUNIÓN CON ESTA SEDE APOSTÓLICA, A TODOS LOS SACERDOTES Y FIELES DEL ORBE CATÓLICO


RESUMEN


La presente encíclica trata del tema social con una dimensión mundial a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, en donde no solo se conmemora y mencionan la “Rerum Novarum” y “Quadragesimo Anno”, sino que de acuerdo con los cambios de la época, se aclara en detalle, las enseñanzas de sus predecesores y la concepciónes de la Iglesia frente a los nuevos problemas que acontecían en el momento, entre los cuales se encontraba la confrontación sin moral, sin Dios y con violencia entre naciones que traía el aniquilamiento de la humanidad con el empleo de armas de destrucción masiva.


El desarrollo de la historia muestra cómo las exigencias de la justicia y la equidad atañen tanto a las relaciones entre trabajadores dependientes y empresarios o dirigentes, como a las relaciones entre los diferentes sectores económicos, y entre las zonas económicamente más desarrolladas y las zonas económicamente menos desarrolladas dentro de una misma nación; y, en el plano mundial, a las relaciones entre países en diverso grado de desarrollo económico-social.


Es así que el aspecto económico si se pretende construir justo desde el principio de la dignidad de la persona, no sólo debe depender de la abundancia y de la distribución de los bienes y servicios, sino de un bienestar, en donde se pueda hacer efectivo el derecho natural de la propiedad privada desde una dimensión ética sin importar a la clase social que pertenezca.


Con respecto a las clases sociales, los distintos sectores de la economía y el desarrollo, la presente carta habla de un trabajo de colaboración mundial social en donde se solucionen las desigualdades existentes y se genere una herramienta de construcción de relaciones de convivencia en la verdad, en la justicia y en el amor.


Por otro lado, la carta encíclica muestra el derecho de los trabajadores de sindicalizarse. Reafirma lo inaceptable del liberalismo. Reconoce la importancia de la familia. Resalta el destino universal de los bienes y la opción del orden social fundado en la justicia y en la caridad. Por primera vez destaca el problema del campo y sugiere algunas soluciones. Recuerda que la Doctrina Social de la Iglesia tiene como fundamento, causa y fin al hombre integral. En todo el documento aparece la necesidad de la justicia en los diversos niveles de la convivencia social

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